La Habana lista para otra histórica cita de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Jefes de Estado y de Gobierno de los países de la región se reunirán aquí, los días 28 y 29 de enero, para continuar fortaleciendo la unidad de nuestros pueblos bajo la máxima martiana de «andar en cuadro apretado, como la plata en las raíces de los Andes». Ya muchos van llegando a Cuba.
Luego de un año de arduo trabajo durante el cual Cuba asumió la Presidencia Pro Témpore de este joven mecanismo de concertación política, la II Cumbre abrirá sus puertas con el fin de proseguir aunando esfuerzos en la erradicación del hambre, la pobreza y la desigualdad, así como en la proclamación de Nuestra América como Zona de Paz.
Como dijera el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en la I Cumbre realizada en Chile: «Vamos construyendo, en la dura realidad, trabajosamente, el ideal de una América Latina y Caribe diversa pero unida en un espacio común de independencia política, de control soberano sobre nuestros enormes recursos naturales para avanzar hacia el desarrollo sostenible, la integración regional y el enriquecimiento de nuestra cultura.»
Para profundizar acerca de estos temas y en los retos que tiene por delante la CELAC, Granma conversó con Abelardo Moreno Fernández, vicecanciller cubano de Relaciones Exteriores.
—Han pasado dos años desde la fundación de la CELAC y aunque es poco el tiempo para evaluar su trabajo ¿podría hablarse de logros durante este periodo?
—Si bien dos años es poco tiempo para consolidar una organización del tipo y las características de la CELAC, no caben dudas de que su proceso de afianzamiento está en curso. Sí, se puede hablar de logros.
«Uno de los frutos más perceptible es el relacionado con el área internacional. La Comunidad hoy es un referente para las actividades de la América Latina y el Caribe en el marco de las Naciones Unidas. Desde el mismo momento de creación de la CELAC los países miembros nos dimos a la tarea de lograr posiciones conjuntas en todos los temas que fueran posibles dentro del sistema de Naciones Unidas.
«Esto tuvo su punto culminante en la Asamblea General de la ONU el pasado año, donde la intervención central de Cuba en el segmento alto nivel de la Asamblea General fue a nombre de la CELAC y estuvo basada en los conceptos que se han venido consensuando en estos dos años. Esa conceptualización de temas políticos, a pesar de nuestra diversidad, nos ha permitido intervenir reiteradamente en el mecanismo cimero de las relaciones internacionales.
«Concretamente, en el último año se han efectuado alrededor de 65 intervenciones conjuntas sobre los más disímiles temas. Ejemplo de ello fueron la reunión de alto nivel sobre desarme nuclear, donde se fomentaron las posiciones que el líder histórico de la Revolución Fidel Castro Ruz ha mantenido desde hace mucho tiempo y mantiene sobre la necesidad del desarme y el peligro que entraña el armamento nuclear para el planeta; la posición conjunta de la CELAC en la reunión de alto nivel sobre el tema de los discapacitados; y la cita que analizó los Objetivos de Desarrollo del Milenio y la forma en que se venían cumpliendo.»
—También se han dado pasos concretos en la erradicación del hambre, la pobreza y la desigualdad…
—Efectivamente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) ha determinado que nuestra área es la más desigual del planeta. De ahí que, desde las ideas fundacionales, nuestros países se trazaron el objetivo de que el trabajo de la CELAC fuera una contribución a los esfuerzos para erradicar el hambre, la pobreza y la desigualdad en la región.
«Por tal razón, prácticamente todas las actividades que se llevaron a cabo durante el 2013 estuvieron vinculadas, de una u otra forma, con ese objetivo central. El momento cimero fue la I Reunión de Ministros y Autoridades de desarrollo social para la erradicación del hambre y la pobreza, que se realizó en Caracas, en julio de 2013, donde se definieron acciones concretas para enfrentar este baldón que pesa sobre América Latina y el Caribe.»
—¿Se ha avanzado en la inclusión de los países caribeños en la agenda de la región?
—Precisamente otro de los logros de la CELAC es la mayor vincu-lación de los países del Caribe con el resto de la región. Durante muchas décadas hubo una separación artificial entre gran parte de América Latina y el Caribe anglófono, sobre todo. Sin embargo, paulatinamente se ha venido forjando una mayor unidad. Por ejemplo, entre otros aspectos, los pequeños estados insulares del Caribe corren el mayor riesgo de desaparecer por los efectos del cambio climático. Además, son más vulnerables a los efectos de la crisis económica internacional, por lo cual requieren un tratamiento diferenciado en el marco de la CELAC.
—En este último año Cuba asumió la Presidencia Pro Témpore de la CELAC ¿Hacia dónde ha concentrado su quehacer? ¿Cuáles han sido las prioridades?
—Hemos trabajado con fuerza, en unión de los demás países de América Latina y el Caribe en la búsqueda y discusión de las prioridades regionales. No nos hemos concentrado en las prioridades cubanas, sino en las de la América Latina y el Caribe en su conjunto.
«Nos hemos esforzado, como les decía anteriormente, por contribuir a que la lucha contra la pobreza, el hambre y la desigualdad sea una prioridad regional y a que se cree mayor conciencia sobre las necesidades y prioridades de los países del Caribe en el seno de la Comunidad.
«Asimismo, para Cuba ha sido prioritario contribuir a crear conciencia sobre la importancia de preservar la paz en nuestra región, lo que tiene vínculos indisolubles con el desarrollo por el cual abogamos.»
—¿Qué espera Cuba de la II Cumbre de la CELAC y cuál sería el aporte concreto de esta segunda cita?
—El objetivo central que persigue esta Cumbre es el de llevar adelante el proceso de consolidación de la CELAC. No es fácil que una organización se consolide en un tiempo tan breve, por lo que nosotros aspiramos a que esta cita contribuya a la institucionalización y consolidación de este mecanismo sin forzar ninguna etapa.
«Creemos que otro aporte es la proclamación de América Latina y el Caribe como una Zona de Paz. Esta es una propuesta que esperamos sea aprobada durante la II Cumbre por los 33 países miembros. Ya estamos libres de armas nucleares pero eso no basta. Tenemos que convertirnos en una zona de paz, lo cual significa, en lo esencial, el firme compromiso de que las diferencias que existan o puedan existir, no se diriman jamás a través de la fuerza, sino que se resuelvan por la vía pacífica de la negociación y el diálogo.
«De esta Cumbre nacerá un Plan de Acción que esperamos trace cuál va a ser el rumbo de la CELAC durante el próximo periodo. El camino no debe hacerse solo por la vía de la celebración de reuniones. Por ello, aspiramos a que el Plan de Acción que se apruebe trace objetivos concretos que en muchos de los casos puedan lograrse a través de las organizaciones que existen en la región y utilizando sus buenas prácticas. Por ejemplo, el trabajo realizado por el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), PETROCARIBE, la Comunidad del Caribe (CARICOM), y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), debe hacer aportes a la CELAC.»
—¿Qué otros documentos aprobarán los jefes de Estado y de Gobierno?
—Se trabaja en la conformación de la Declaración de La Habana, la cual aspiramos a que sea concisa y concreta. Igualmente, se ajustan detalles en una treintena de comunicados especiales sobre los temas más disímiles de interés para la región como, por ejemplo, sobre la cooperación y la integración entre los países de la América Latina y el Caribe, la situación de los países de renta media, los recursos naturales y la solidaridad con Argentina en su reclamo de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, entre tantos otros.
«La gama es amplia y todos pueden ser aportes de este evento de La Habana.»
—Finalmente, ¿cómo mira el mundo a la CELAC?
—Existe un gran interés por dos motivos fundamentales. En primer lugar, por el dinamismo de las economías de América Latina y el Caribe que, a pesar de sus desigualdades, ha demostrado ser una de las regiones del futuro por su inmenso territorio, la gran población y tal vez el mayor cúmulo de recursos naturales del mundo.
«Por consiguiente, es significativo el interés de importantes Estados del Sur en relacionarse con nosotros. En distintos momentos la Troika de la CELAC y más recientemente la Troika Ampliada han visitado países como China, Rusia e India cumpliendo con invitaciones realizadas por ellos, lo cual constituye una demostración de ese interés.
«En segundo lugar, las posiciones conjuntas que la Comunidad ha logrado desarrollar durante sus dos años de existencia, demuestran que hoy el interlocutor de los países y organizaciones del mundo para América Latina y el Caribe es la CELAC.»
(Granma)
¨Mayabequeando¨ 